"¿Qué ha narrado Dios?" "La Biblia narra la historia donde están nuestras historias" (Ponencia inaugural)

viernes, 4 de abril de 2014



Enseñar el camino de la vida según el Antiguo Testamento.
D. Carlos Granados.

En la primera ponencia del día jueves 03 de abril, D. Carlos Granados ha hecho un recorrido por tres momentos concretos de crisis que están narrados en el Antiguo Testamento:
  • El primero de ellos se encuentra reflejado en el relato yahvista de la creación. Justo después de haber creado Dios al hombre y a la mujer, se presenta la serpiente para confundir y hacer olvidar a Eva a ese Dios personal que les ha regalado el Paraíso. De esta manera, se da la impresión de un Dios maniático y celoso, y de que este relato, en vez de ser un relato de revelación, es un relato de ocultamiento.
  • El segundo momento se produce en el desierto, donde surgen las preguntas ¿Creer o no creer en Dios? Es un momento crítico en la historia de Israel, pues se trataba de culpar a Dios por el pecado de los malos.
  • El tercer momento es el conflicto que se da en el pueblo, ya instalado en el desierto. Aquí juegan un papel importante los profetas, que ayudan a provocar la adhesión a Dios y a estar atentos a los falsos profetas. La historia de la salvación se ha convertido en una fuente de falsa salvación para Israel, en una historia que olvida la exigencia de la Ley y de la Alianza y basándose en sus derechos y privilegios por ser el pueblo escogido.

Vemos así como la Biblia se sirve del relato para explicar el sentido de la vida. La serpiente, los murmuradores y los falsos profetas se presentan como un camino de confusión, que pretenden decirle al hombre que puede plasmar la historia a voluntad, olvidando el plan de Dios, y siempre con la intención de convertir al hombre en artífice y en protagonista exclusivo de su propia vida y presentando a Dios como legislador e intransigente.


Para concluir, el ponente hizo especial mención a dos palabras que se contraponen: seducción y educación. Lo que la serpiente (el mal) quiere hacer es seducir, no educar. La Biblia nos propone el camino de la acogida y el amor para poder educar, evitando así una reducción de la educación a una serie de normas y leyes.


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